Si no realizas el mantenimiento preventivo a tu sistema de impermeabilización, pueden ocurrir varios problemas que afectarán la durabilidad de la estructura y aumentarán los costos a largo plazo. Aquí te explico las consecuencias principales:
1. Filtraciones y goteras
Con el tiempo, los materiales impermeabilizantes se degradan por el sol, la lluvia y la suciedad acumulada. Si no se revisan y reparan a tiempo, aparecen filtraciones que pueden afectar techos, paredes y cielos rasos.
2. Deterioro de la estructura
La humedad constante debilita el concreto, la madera y otros materiales estructurales. Esto puede comprometer la seguridad de la construcción y requerir reparaciones mayores.
3. Proliferación de moho y hongos
La humedad crea un ambiente propicio para moho y hongos, que no solo dañan los acabados interiores, sino que también pueden afectar la salud de los habitantes (alergias, problemas respiratorios, etc.).
4. Mayor gasto en reparaciones
Lo que podría haberse solucionado con una intervención simple y económica (como sellar una fisura o limpiar una superficie), se convierte en una reparación costosa e invasiva.
5. Pérdida de garantía
Muchos sistemas de impermeabilización requieren mantenimientos periódicos para conservar su garantía. Si no se cumplen, podrías perder ese respaldo técnico y económico.